Se llama Miso a la pasta de soja fermentada, generalmente con cereales, sal marina y agua. En el proceso suele intervenir también un fermento especial llamado Koji.

Los análisis revelan que el miso es un estupendo alimento, rico en proteínas, contiene hidratos de carbono, minerales, grasas y vitaminas. En su composición entran también algunos aminoácidos esenciales. Además el Miso tiene enzimas y lactobacilus.  La fermentación se produce por la siembra de una espora del hongo Aspergillus orizae cultivada sobre arroz cocido. Según la cantidad de sal utilizada y el tipo de cereal añadido a la soja, precisa distintos tiempos de fermentación y permite obtener una amplia gama de Misos. En nuestro país los más utilizados son el Hatcho Miso, que está compuesto de soja fermentada con sal marina y agua y el Mugi Miso: soja, cebada, sal marina y agua.

 

Consejos prácticos: Para el uso del Miso tanto en sopas como en salsas, debemos diluirlo en líquidos calientes que no deberán hervir. Es conveniente cocinarlo un poco. Una dosis adecuada es una cucharita de café por taza